lunes, 23 de agosto de 2010

Si Luli tiene Twitter... ¿Por qué yo no?

Y bueno, siempre termino rendida ante las ñoñerias de Internet, primero fue el ICQ, luego los foros, pasamos a las salas de chat, cuenta en messenger, video conferencias, blogs, fotolog, facebook y ahora el mentado Twitter.

Haciéndole honor a la verdad, la cuenta del pajarito azul, la cree por un sentimiento de desesperación, era principios de marzo de este año y post-terremoto, algunos estábamos sin luz, otros tampoco tenían agua, en la radio continuamente decían que en santiago todo estaba bien, y "según nos informan en Twitter" los peligros de asalto en los lugares a obscuras eran solo exageraciones.

Apenas pude, me cree la cuenta, y solo por casualidad me vi "siguiendo" a la Soledad Onetto y mi primer Twitt fue: "No se olviden de santiago!!! comunas que están sin luz y agua, viven en una mayor angustia que la del terremoto... ".  Claro que hoy, seis meses después, me di cuenta que ni la Sole ni nadie, se dio por enterado de mi furibundo reclamo.

Pero.. ¿y que diablos es el Twitter? en resumidas cuentas, es un espacio para publicar en pocas palabras, las cosas que haces en el día. A través de la pregunta ¿Qué pasa? uno puede ir contando justamente, qué pasa por tu cabeza en ese momento. Claro que surge otro pero... Pero, ¿A quién le importa lo que haces durante el día?

Y bueno, esto es lo extraño de las "redes sociales", si yo muestro interés en lo que tu haces, y te sigo, tu me puedes pagar interesándote en lo que yo hago me puedes seguir y en conjunto o solo, puedo ponerme a seguir a cuanta persona se me pase por la cabeza. Es una especie de voyerismo - exhibicionismo consensuado.

Claro que me resulta difícil que a más de alguien le interese saber si me estoy tiñendo el pelo, cortando las uñas o escribiendo sobre Twitter, por lo tanto como muchos usuarios, lo puedo ocupar para compartir noticias interesantes, fotos, música, eventos, etc, etc, etc.

Hace unos años la fiebre era el facebook, buscar familia, amigos, ex amores era la consigna, el morbo de ver las fotos para saber que tan destruidos estaban ¡era incontrolable!. Hoy lo top es hacer comentarios intelectualoides en pocos caracteres, cultivar seguidores en Internet (suena a secta religiosa)  y llegar a ser un twittero influyente, o conseguir que me siga Fernando Paulsen, Matias del Rio o el mismisimo Ricardo Lagos Weber, quien ni para el cambio de mando, dejo de lado la BlackBerry para lanzar algún Twitt.

Ya nos hablamos de pantalla a pantalla, en vez de cara a cara, mostramos nuestras mejores fotos para conquistar a otros, pusimos la webcam en el mejor ángulo para mostrarnos a otra personas en vivo y en directo, escribimos blogs con nuestros pensamientos (fue el tiempo donde todos nos creíamos columnistas), publicamos fotos familiares sin el consentimiento de los participantes y ahora publico la bitácora de lo que hago en mi día, ¿Qué vendrá mañana?.

Mmmmm, no se si esto de Twitter me agarre, puede que por unos días me dedique a espiar un rato a las personas, también me puede dar la tontera de crear una secta Anti Bicentenario o hacer un programa por twitcam, intercambie opiniones profundas con Copano, o mirar las actividades de mis ex pololos (que ¡psico!), para luego dejar botado al pajarito gritón.

O también puede que me haga un servicio de utilidad privada, le diré a mi madre que se cree su propia cuenta, me haré su seguidora y así podre elegir el día de visita según lo que twitee de almuerzo.

¡Así de instantánea y globalizada esta la cosa!

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